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Alrededor de Lo simbólico, los ecos y los restos. Un diálogo con la obra de Sheela Gowda desde el cuerpo y el sonido, con Ángela Verdugo y Avelino Saavedra
“Mientras estudiábamos la obra de Sheela Gowda y las comisarias, Nuria Enguita y Lucia Aspesi, nos enviaban imágenes de la exposición en el Hangar Biccoca, nos preguntábamos quién podía dialogar desde las artes vivas con sus instalaciones en Bombas Gens Centre d’Art. Pensábamos que, como efectivamente ocurrió, las obras se expandirían por el espacio, ocupando paredes y suelo. Desbordando y a veces desdibujando los límites entre ambos. Habíamos invitado a diversos artistas locales en otras exposiciones a proponer “visitas desde”, desde lo sonoro, desde el cuerpo, desde el cine…, y muchas de ellas se habían materializado en una suerte de recorrido más o menos abierto, más o menos dirigido por las salas. Ese desplazamiento quizás no podría darse entre las obras de la artista india, imaginábamos entonces un espacio tomado.
Durante este proceso de investigación, de buceo y navegación, recordé una pieza de la bailarina Ángela Verdugo, un rostro conocido en la escena de las artes vivas valencianas y una asidua participante en esas visitas desde la danza. En su último trabajo había un momento muy bello en el que su pelo negro cubría su cuerpo frontalmente casi hasta la cintura. Una conexión formal y una intuición acercaron el trabajo de estas dos mujeres ¿Por qué no? Quizás no podremos desplazarnos, bailar entre las obras o quizás justamente se desplieguen y el movimiento se diluya entre ellas, a modo de eco que se reactiva ante la mirada del espectador.
El diálogo de Sheela con el espacio y el diálogo de Ángela con los materiales de la primera (textos, artículos, cabellos, excrementos, bidones, dibujos…), comenzó a desarrollarse casi en paralelo. Una escuchaba las obras desplegarse en las salas expositivas de la antigua fábrica, otra imaginaba cómo su cuerpo interrogaría a esa línea roja que dibujaba el rastro de una danza o de la gravedad o más bien del tiempo. Casi en paralelo, porque Ángela aguardaba que Sheela diese por acabado el montaje expositivo, que las salas se pudiesen transitar y habitar para comenzar, ahora sí, su conversación con el lugar y ya no solo con las obras y sus representaciones escritas o fotográficas. Un pequeño desfase entre ambas, fieles las dos a un tiempo y una observación sosegada. Dos mujeres contemporáneas que no trabajan con lo inmediato.
Ángela propuso a su vez invitar a Avelino Saavedra, músico que también podría transitar ese terreno de la investigación que se escapa de la inmediatez de las tendencias. Ambos diseñaron una pieza en tres tiempos que intervenía en, o se zambullía decía Ángela o se relacionaba decía Avelino, con tres obras de la muestra, más bien cinco dada la conexión espacial entre ellas: And… (2007), Black Square (2014), Margins (2011), Protest, My Son (2011), In Pursuit Of (2019). Una propuesta contemplativa disfrutada por grupos pequeños de espectadores (el espacio vacío que dejaban las instalaciones era ciertamente reducido) que acudían a una cita y que veían la pieza desde un punto de vista frontal, subrayando sin quererlo la confusa relación que a veces se da entre el cubo blanco y la caja negra.
Ángela y Avelino construyeron con delicadeza tres paisajes en los que las acciones, los sonidos, los materiales, las formas, las texturas y en suma, las vibraciones, se integraban entre las obras de Sheela, activando capas espaciales y temporales que habían permanecido latentes. Dos cuerpos que con la sutilidad de sus movimientos y sus instrumentos hacían percutir el momento. Un instante efímero que solo perdurará en la memoria del espacio y quizás en alguno de sus protagonistas, performers, público o personal de sala.
O tal vez algo de ello persista a través de este vídeo, retomando la cuestión del papel del archivo, preguntándonos qué es un documento en las artes vivas”.
Sonia Martínez, responsable de actividades de Bombas Gens.