En el transcurso de las obras de rehabilitación de la antigua fábrica de Bombas Gens, se localizaron los restos de una antigua alquería situada en la parte posterior de la parcela, junto a la actual calle Dr. Machí. Esta alquería, conocida como la Casa Comeig, formaba parte del caserío disperso del antiguo Camino de Marxalenes, inserto en un centenario paisaje de huerta periurbana de València y que perduró, sin apenas cambios, hasta el siglo XX.
En este mismo contexto de edificaciones rurales, pueden observarse hoy en el vecino Parque de Marxalenes algunos ejemplos en pie, como la alquería de Félix o la de Barrinto, muy parecida a lo que debió ser nuestra vivienda.
La alquería de Bombas Gens fue un edificio de grandes dimensiones que empezó a construirse a finales del siglo XIV y que vivió un momento de esplendor tras una reforma integral que se llevó a cabo entre finales del siglo XV y principios del siglo XVI. En este momento se dotó de elementos suntuarios como pavimentos de azulejos de estilo manisero, buena parte de los cuales han sido recuperados durante la excavación arqueológica del verano de 2016. No obstante, el elemento más destacable de esta casa es una bodega subterránea construida durante esta misma reforma y que se ha conservado completa.
Esta bodega es una amplia habitación abovedada a la que se accede a través de una escalera de obra de ladrillo. Una vez en su interior, se pueden apreciar determinados elementos constructivos propios de un lugar de almacenamiento de vino como por ejemplo bancos corridos sobre los que colocar las tinajas y los toneles y una pequeña balsa para recoger el mosto que debía llegar desde las balsas de pisado de uva, de las cuales se ha conservado una. Además, se han preservado en sus paredes algunos vestigios difíciles de encontrar, por su gran antigüedad, puestos en su sitio, como el caso de una alcayata que permanece en su lugar de origen, donde fue clavada para sujetar, posiblemente, el jarro con el que se sacaba el vino de las tinajas.
Además de todo esto, uno de los hechos más destacables es el hallazgo de una de las tinajas originales encontrada en su sitio, circunstancia esta que añade singularidad al recinto y ayuda a dotarlo de un gran valor histórico, por cuanto su localización exacta en el interior de la bodega nos remite al momento inicial de esta sala. Esta tinaja se ha recuperado casi entera y ha sido restaurada.
Igualmente, la bodega en sí se ha restaurado y acondicionado para su apertura a visitas guiadas. La puesta en valor de este elemento patrimonial de primer orden cuenta con el proyecto de construcción de una sala diseñada por Ramón Esteve Arquitectura y Diseño para proteger los restos arqueológicos y exponer un conjunto de piezas cerámicas y azulejos recuperados durante la excavación arqueológica.
Visitable únicamente mediante visita guiada.